Cómo afrontar el acoso laboral (Mobbing)

El presente artículo se centra en el afrontamiento de casos de acoso laboral desde una perspectiva psicológica, sin abordar el aspecto legal del asunto, el cual es también de gran relevancia y de necesario conocimiento, pero que desborda los objetivos de este escrito.
Son diversas las conductas ya sea de compañeros o de jefes que pueden ser catalogadas como de acoso laboral. Desde el simple hecho de ignorar al trabajador y hacerle sentir irrelevante, hasta agredirlo verbal o físicamente, en forma reiterada, durante meses, la gama de comportamientos es muy amplia. Dada esta característica, y con el fin de no alargar innecesariamente esta digresión, partiremos de un ejemplo, adaptado de uno de los casos que hemos podido apoyar.
Ana (nombre ficticio), hace parte de un equipo de trabajo liderado por un coordinador de actividades, a quien llamaremos José. El coordinador ha conversado con varios miembros del equipo, diciendo que Ana no tiene el perfil para ese cargo, y así se lo hace saber a su superior inmediato, quien no da una directriz respecto a esa situación. En una ocasión, al llevar a cabo una de sus tareas que consiste en hacer visitas a otras empresas, Ana solicita ayuda porque considera que la empresa que va a visitar presenta unas características particulares que ameritan un tratamiento cuidadoso, y debe dar el mejor servicio posible, así que solicita apoyo al equipo. Esta situación es tomada por el coordinador José como una muestra de que en efecto Ana no tiene el perfil para el cargo y así se lo hace saber a los otros miembros del equipo, y decide enviar a uno de ellos a acompañarla, pero dicho miembro del equipo, estando ya en la empresa a la que se está visitando, hace comentarios denigrantes hacia la labor que está adelantando Ana. Luego de este incidente, el coordinador José empieza a pedirle a otros miembros del equipo que acompañen a Ana en las visitas a otras empresas, dado que “ella no es capaz”, y cuando se realizan las reuniones semanales de equipo de trabajo, Ana no es convocada y se entera de esas reuniones por comentarios informales. Al preguntarle al respecto al coordinador, este le dice “estaba por decirte de esa reunión, se me pasó por alto”. Pero es una conducta que se torna repetitiva, y en esas reuniones se hace evidente que el coordinador busca deliberadamente ignorar los puntos de vista de Ana.

Imagen tomada de: http://observatorioviolencia.org/la-violencia-y-acoso-laboral-en-europa-causas-e-impactos/  

Cuando Ana nos comenta esta situación, se encuentra agobiada, deprimida, indicando en medio del llanto que ya ha llegado al límite y que no aguanta más. Dice que a partir de los incidentes que se han presentado ha empezado a pensar que en verdad ella es una profesional no idónea.
La mencionada situación, desde luego, amerita ser abordada desde el aspecto legal, pues el acoso laboral no debe ser permitido y es una falta que puede considerarse grave por parte del trabajador que la ejerce. Al denunciar el trabajador este comportamiento por parte del coordinador, el superior inmediato de este debe tomar cartas en el asunto, pero aquí nos centraremos en el afrontamiento desde la perspectiva psicológica, y particularmente desde el marco de Mentheoresis.
En otros artículos en este mismo blog, así como en nuestro libro “Mentheoresis: el camino hacia el máximo desarrollo del ser” hemos explicado los lineamientos generales de Mentheoresis, así que no repetiremos esa información.
En primer lugar, lo más probable es que el comportamiento del coordinador corresponda a su Yo normativo, particularmente al aspecto autoritario de dicho Yo. Esa parte de la personalidad es la que representa nuestro aspecto legalista, el crítico incisivo y desconsiderado, ya sea hacia otros o hacia uno mismo. En este caso, el coordinador está obrando frente a Ana desde tal aspecto. Por su parte, Ana está obrando desde el aspecto infantil del Yo emocional: se siente desvalida, atropellada, víctima de una injusticia, y el primer pensamiento que se le ocurre es salir corriendo, abandonar la situación y buscar refugio en sus seres queridos para que estos la consuelen.

Imagen tomada de: http://prevencionar.com.co/2016/01/24/10-anos-de-la-ley-contra-acoso-laboral/   
El esquema de la personalidad manejado en Mentheoresis se le explica a Ana. Ella es consciente de que está respondiendo desde el Yo niño (el niño interior) y al preguntársele cuál sería el comportamiento si respondiera desde el Yo maduro, ella identifica correctamente tres actuaciones que corresponderían a ese aspecto de la personalidad:
·         Hablar abiertamente con el coordinador sobre esa situación. Si la situación lo amerita (si se llega a ese extremo), hacerle ver que los comportamientos que se están presentando corresponden a acoso laboral.
·         Llegar a acuerdos tanto por parte de Ana como del coordinador para que la situación no se siga presentando.

·         Si con lo anterior no se obtienen los resultados esperados, evaluar la pertinencia de activar los mecanismos legales para hacer valer sus derechos como trabajador (¡y hacerlo!)

Con apoyo adicional, Ana logra identificar dos comportamientos más que provendrían del Yo maduro:
·         Cuestionar la inferencia que ella misma (Ana) ha hecho respecto a que ella es una mala profesional dados los comentarios del coordinador. En este proceso debe cuestionar qué tanta lógica tiene el llegar a esa conclusión si en los trabajos previos ha sido una profesional exitosa, y ahora con base solo en esta experiencia hace una inferencia arbitraria, tan común en el Yo niño.
·         Cuestionar la creencia de que uno debe ser excelente y triunfador en todo lo que emprende, porque de lo contrario es un fracasado. Incluso, cuestionando los juicios del Yo normativo, podría ponerse en tela de juicio la creencia de que uno debe ser idóneo en su profesión (desde luego, es preferible serlo, pero no es una regla que si se viola implique que las cosas serán un infierno, o de que uno se merece el infierno)
El hecho de Ana comprender que el comportamiento del coordinador viene de un desequilibrio en la manifestación del Yo normativo de él, también tiene un efecto terapéutico en el sentido de que ve al acosador como una persona que necesita ayuda y que a su vez está siendo víctima de un desequilibrio en su personalidad. Así, en vez de despertar miedo u odio, debe despertar conmiseración y deseo de ayudarlo.
Como valioso complemento a esta comprensión Ana utiliza la técnica de la Silla Vacía, en la que establece un diálogo entre su Yo normativo, su Yo emocional y su Yo maduro. De esa manera logra dirigirse a su Yo normativo y a su Yo emocional desde su Yo maduro y fomentar una actuación más adaptativa, con mayores beneficios para ella, en aras de un mayor bienestar psicológico.

Cualquier caso de acoso laboral podría analizarse desde la perspectiva de Mentheoresis. Este abordaje, desde luego, conviene acompañarlo del abordaje legal, pues las conductas de acoso laboral son penalizables.

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