Tu crítico interior: cuidado con los sentimientos de culpa
De acuerdo con los postulados de la Mentheoresis, uno de los
aspectos de la personalidad es el Yo normativo, en el cual a su vez se
encuentra el Yo autoritario. Este aspecto de la personalidad reúne aquellos
mandatos que desde el inicio de nuestra vida nos han proporcionado las figuras
de autoridad con el fin de regular nuestro comportamiento.
Desde luego, es un aspecto muy importante para
el adecuado funcionamiento de la persona. Su carencia llevaría a la
manifestación de conductas sociopáticas, en las que el individuo obra sin tener
en cuenta los sentimientos del otro y no experimenta mayor culpa por ello. Esto
constituye un extremo y conduce a la desadaptación. Pero el otro extremo es que
tú tengas un Yo autoritario excesivamente impositivo, que no te deja actuar por
censurarte severamente.
Imagina que le hiciste un reclamo a un compañero de trabajo
por un comportamiento que consideras inadecuado y que te afecta. El reclamo se
lo hiciste de manera adecuada. Pero no dejas de sentirte mal, culpable, por
haber hecho ese reclamo. Tu Yo autoritario te dice “¡No debiste haberle hablado
así! ¡Tienes que ser aceptado por los demás y con lo que hiciste te vas a ganar
el rechazo!”
Tienes un proyecto y deseas iniciar labores para sacarlo
adelante, pero tu crítico interior, tu Yo autoritario, te dice “¡Cómo se te
ocurre! Es una barbaridad. Solo tienes que emprender ese proyecto cuando tengas
todo bajo control, de lo contrario te vas a exponer al ridículo, y tú no tienes
que hacer el ridículo”
Imagen tomada de infojudicial.wordpress.com
Ahora imagina que en tu trabajo o en tu estudio tuviste que
hacer una presentación ante un grupo de compañeros, y que las cosas no salieron
bien, el grupo que te escuchaba fue muy crítico con lo que expusiste y te
sentiste mal por ello. Te vas a casa y no dejas de pensar en ello y de decirte “¡Qué
tonto soy!, no debí equivocarme tanto, soy un fiasco”. Pasan varios días hasta
que logras “recuperarte” de ese incidente.
Las anteriores apreciaciones, tan tajantes y severas contigo
mismo, provienen de un Yo autoritario que está desbordado. Es necesario que
restablezcas el equilibrio, de lo contrario el sentimiento de culpa te llevará
a la infelicidad.
Es conveniente que te preguntes de dónde vienen esas posturas
tan rígidas de tu Yo autoritario (que, como dijimos, es una parte de tu Yo
normativo). Puedes darte una idea de lo que has incorporado desde tu infancia,
con un sencillo ejercicio (encontrarás más ejercicios en nuestro libro “Mentheoresis:
el camino hacia el máximo desarrollo del Ser”, disponible en Amazon):
Siéntate o recuéstate cómodamente, cierra tus ojos, y en la
pantalla de tu imaginación revive tu infancia, imagina que eres de nuevo aquel
niño de tu pasado. Mientras haces esto, “escucha” con tu oído interior qué
decía tu familia (tus padres, particularmente) acerca de ti. Escúchalos con
cuidado para averiguar qué decían respecto a tu inteligencia, aspecto,
sexualidad, comportamiento, etc. Luego de reconstruir mentalmente esto,
pregúntate qué relación existe entre la forma como te evaluaban tus padres y
como te evalúas a ti mismo en la actualidad. ¿Se trata de juicios muy rígidos y
culpabilizantes? ¿Se trata de frases constructivas que te animan a superar
dificultades, o por el contrario, son reproches que te siembran prohibiciones y
temores?
Luego de lo anterior, utiliza la técnica de la silla vacía:
sienta (con tu imaginación) en una silla vacía real a tu Yo autoritario y habla
con él. Explícale lo que sientes y cómo los juicios tan rígidos llevan a
generar en ti malestar emocional. Invita a tu Yo autoritario a una postura más
flexible. Indícale que muchos juicios rígidos y culpabilizantes provienen de
mandatos que ha incorporado desde la infancia y que en estos momentos esa
rigidez se convierte en fuente de malestar. Ahora, cambia de silla y escucha
qué tiene que decir tu Yo autoritario. En ese caso, tú hablas como si fueras tu
Yo autoritario. Intercambia de silla cuantas veces sea necesario en este
diálogo con este aspecto de tu personalidad. Culmina el ejercicio cuando ya
sientas que has llegado a una apropiada negociación.
Imagen tomada
de mejorsalud.com
Si los juicios provenientes de tu Yo autoritario son
excesivamente rígidos y te generan un pronunciado malestar, sería mejor que
enfrentaras ese aspecto de tu personalidad con el apoyo de un experto en
Mentheoresis, de lo contrario podrías encontrarte con una descarga emocional
que puede no ser fácil de manejar para ti.
Los sentimientos de culpa inapropiados impiden que
manifiestes tu verdadero potencial e impiden que tengas una apertura en tu comunicación.
Es posible que tus talentos hayan sido sofocados por un crítico interior
demasiado severo. ¡Enfréntalo y negocia con él!
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