Aprende a meditar



La meditación es una técnica muy efectiva para aprovechar el potencial de tu cerebro con miras a lograr el bienestar y mejorar la calidad de vida. La práctica de la meditación tiene unos reconocidos efectos fisiológicos, como los referentes a la disminución de la tensión arterial, la relajación corporal, la eliminación de efectos del estrés prolongado, aumento de la resistencia a la fatiga, mejoría de la concentración (ya sea en el trabajo o en el estudio), mejoría en el estado de ánimo, eliminación de patrones de pensamiento desadaptativos, etc.

Si deseas practicar la meditación en tu hogar, te serán útiles estas recomendaciones:

1. Adopta una postura en la que tu columna vertebral se mantenga recta. No es necesario que te sientes con las piernas cruzadas, pero si adoptas tal postura, ayúdate con un cojín alto y firme para que puedas mantener tu espalda recta.

2. Cierra los ojos. Relaja tu cuerpo, realizando un recorrido mental desde la cabeza hasta los pies para verificar que se han aflojado todos tus músculos. Luego, concéntrate en el abdomen. Respira con el abdomen. Concéntrate en la respiración. Relaja tu abdomen con cada expiración.

3. Luego de mantenerte dos minutos aproximadamente en lo anterior, empieza a repetir mentalmente alguna palabra que te permita centrar tu atención. Puede ser una palabra carente de sentido, como HAM (pronunciada "jam"), o una expresión asociada a tus creencias religiosas particulares. Por ejemplo, un católico podrá repetir calmadamente el nombre "Jesús" o una expresión como "Espíritu Santo ven a mí", y un hinduísta podría repetir la expresión "Hare Krishna". Muchas personas encuentran muy favorable coordinar la expresión con la respiración, por ejemplo, repetir "Espíritu Santo" mientras se inspira, y "ven a mí" cuando se expira.

4. Si aparecen pensamientos, recuerdos, preocupaciones sobre tu trabajo, vida sentimental, etc., no te preocupes, solo déjalos que se vayan diluyendo mientras sigues mentalmente la expresión que hayas escogido.

5. Cuando vayas a terminar tu sesión de meditación deja de repetir la expresión y concéntrate solo en tu respiración por un espacio cercano a dos minutos. Abre los ojos y dedica unos momentos para conectarte nuevamente con el mundo exterior.

La meditación te llevará gradualmente a un estado de bienestar psicológico. Activará el funcionamiento de tu Yo trascendente y producirá  efectos integrales en tu vida, incluso a nivel fisiológico. 

Tal como lo señalamos en nuestro libro "Mentheoresis", se encuentra una interesante síntesis de los efectos de la meditación en el libro “The psysical and psychological effects of meditation”, de los autores Michael Murphy y Steven Donovan. Según las conclusiones de estos investigadores, algunos beneficios de la meditación son:

 Beneficios fisiológicos: 

·         Disminución del ritmo cardíaco.

·         Disminución en la presión sanguínea.

·         Mayor capacidad de recuperación del estrés.

·         Aumento de ondas cerebrales alfa en el cerebro.

·         Sincronización en la actividad de los hemisferios derecho e izquierdo, lo cual favorece la creatividad.

·         Reducción en los niveles de colesterol.

·         Disminución del consumo de energía y de la necesidad de oxígeno.

·         Respiración más profunda y lenta.

·         Relajación muscular

·         Reducción de la intensidad del dolor.

 

Beneficios psicológicos: 

·         Sensación de felicidad y de paz.

·         Menor tendencia a los cambios de humor y de emociones negativas.

·         Mayor capacidad para establecer empatía.

·         Mayor creatividad.

·         Mayor sensibilidad.

·         Mayor facilidad de percepción.

·         Reducción de la ansiedad.

·         Excelente coadyuvante en el tratamiento de las adicciones. 

Los trabajos de Niels A. Lassen, David H. Ingvar y Erick Bispebjerg de Copenhague, y en la Universidad de Lund en Suecia, indican que durante la meditación se activa el lóbulo frontal del cerebro y el área motora suplementaria, y hay incremento de 0.4° a 1.6° C de temperatura en la frente de los meditadores. Esto se relaciona con una disminución de la impulsividad, un mejoramiento de las funciones intelectuales y un funcionamiento más integrado del cerebro. De igual manera se activa en sistema de recompensa del cerebro (Simkin, 1987). Esto último explicaría por qué es una técnica que actúa muy bien como coadyuvante en el tratamiento de las adicciones.

¡Muchos éxitos en tu práctica de meditación!

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