Mentheoresis: el camino hacia el máximo desarrollo del ser


La palabra Mentheoresis surge de la integración de las letras M, E, N, y T, referentes a los cuatro esquemas básicos de afrontamiento desde los cuales podemos funcionar los seres humanos, a saber, el Yo Maduro, Yo Emocional, Yo Normativo, y Yo Trascendente) y el vocablo Theoresis, proveniente del latín, que en un sentido amplio se refiere al conocimiento obtenido por vía racional. Así, Mentheoresis implica un conocimiento e integración de los cuatro esquemaas de afrontamiento para lograr un óptimo desarrollo individual.

CUÁLES SON LOS ESQUEMAS DE AFRONTAMIENTO

Mentheoresis parte de una taxonomía binaria que finalmente se analiza desde una estructura cuadrangular. Plantea que la personalidad consiste en patrones comportamentales que se pueden clasificar en dos grandes aspectos: el Yo psicológico y el Yo trascendente. El Yo psicológico, a su vez, está constituido por los esquemas del Yo maduro (M), el Yo emocional (E) y el Yo normativo (N). El Yo trascendente (T), por su parte, exhibe una estructura unitaria, sin subdivisiones internas. Los cuatro aspectos mencionados (Yo maduro, Yo emocional, Yo normativo y Yo trascendente) se abrevian con las siglas MENT. Conforman la personalidad de un individuo.

Una persona, en el transcurso de una hora, puede comportarse desde diferentes esquemas. Esto no constituye un indicador de psicopatología siempre y cuando los correspondientes  comportamientos resulten adaptativos para las situaciones particulares que debe afrontar tal individuo. El problema se presenta en el momento en que los roles asumidos generan desdicha y perjudican el bienestar integral.

Aunque el Yo psicológico y el Yo trascendente forman un conjunto, no siempre se encuentran en armonía. La falta de armonía y comunicación entre ellos genera infelicidad, disminuyendo la calidad de vida.

Dado el objetivo de alcanzar la integración de los aspectos MENT en el más amplio sentido de la palabra, Mentheoresis constituye una propuesta holística. Por ello, también toma en cuenta aspectos usualmente dejados de lado por los enfoques psicológicos contemporáneos. Por ejemplo, abarca el estudio de lo que ocurre en la oración de tipo religioso, redescubriendo sus bondades, alcances y aplicaciones.


LOS CUATRO ESQUEMAS MENT

El primer paso en esta aventura es comprender en qué consiste cada uno de los cuatro esquemas MENT. A continuación se explicarán los tres esquemas que conforman el Yo psicológico, y luego se abordará lo que concierne al Yo trascendente.

Yo psicológico

El Yo psicológico corresponde al tradicional concepto de personalidad que se suele manejar en la psicología occidental. Sus tres componentes se explican en las siguientes líneas.

Yo maduro

El Yo maduro representa la parte más racional de los esquemas de afrontamiento. Es el aspecto que reúne comportamientos y actitudes encaminados a alcanzar la mayor adaptación posible ante el entorno. El Yo maduro funciona con base en un agudo procesamiento de información, evaluando ventajas y desventajas de determinados comportamientos ante ciertas circunstancias. Su objetivo es encontrar la mejor respuesta posible según la situación a enfrentar.


Yo emocional

El Yo emocional es el esquema que reúne las diversas reacciones de índole emocional (apegos, sentimientos de protección hacia otros, etc.) del individuo. Comprende dos subesquemas, a saber, el Yo niño y el Yo protector (antes llamado Yo paternalista). El primero corresponde en muchos aspectos al yo niño planteado por el análisis transaccional de Berne, y comprende también lo que en otras vertientes se llama el “niño interior”. Por su parte, el Yo protector suele abarcar comportamientos de protección hacia otros, actitudes que la persona desde su temprana infancia ha imitado de sus padres o adultos de su entorno pero que se respaldan en tendencias propias de la naturaleza humana.


Yo normativo

El Yo normativo es aquel esquema que expresa el deseo de normatización por parte del individuo. Mientras el Yo emocional pretende la libre expresión de lo que se siente, el Yo normativo intenta controlar de manera escrupulosa ya sea a otros o a sí mismo, por medio de la promoción de reglas o normas interiorizadas desde la infancia, y promulgadas sin un previo proceso de razonamiento al respecto.

El Yo normativo tiene dos subesquemas, a saber, el Yo juez, y el Yo líder.

El aspecto autoritario del Yo normativo incluye lo que los expertos en coaching llaman “el crítico interior”, es decir, aquella faceta de la personalidad que actúa de manera severa hacia ti, impidiéndote muchas veces avanzar en tu camino por insistirte que es riesgoso o imposible alcanzar determinadas metas. La voz del crítico interior puede ser apropiada en algunas circunstancias, pero cuando se empeña en paralizarte para no dejarte actuar cuando en realidad lo más apropiado sería “lanzarse al ruedo”, se convierte en un problema que amerita solución.

El Yo líder constituye la parte del Yo normativo que puede animar o estimular a un individuo a las más grandes realizaciones a pesar de las dificultades que pudieren llegar a presentarse. Es la parte de la personalidad que se manifiesta, por ejemplo, en la llamada “resiliencia”, la cual es la capacidad de los individuos para continuar luchando en la vida a pesar de estar pasando por acontecimientos altamente desfavorables, como duelos, limitaciones físicas o traumas. Esto, desde luego, constituye un mecanismo de ajuste muy saludable ante la adversidad. Se diferencia del aspecto autoritario porque no genera sentimientos de culpa ante las dificultades para avanzar hacia las metas propuestas.

Las personas que se desaniman fácilmente ante los fracasos o que encuentran dificultad para luchar activamente ante las adversidades, necesitan fortalecer el aspecto líder del Yo normativo. La Mentheoresis puede ayudarles en tal empresa.

Yo trascendente

El Yo trascendente es el aspecto de tu personalidad que reúne las experiencias que se hallan más allá del razonamiento y la habitual emoción. Corresponde a aquellas experiencias con sabor místico-vivencial, de intensa presencia en el Ahora, en las que son comunes los sentimientos de unidad y armonía.

La razón que lleva a considerar al Yo trascendente como un aspecto de la personalidad radica en que su manifestación implica una serie de vivencias y conductas ya conocidas. Sin embargo, a diferencia de lo ocurrido con el Yo psicológico, en el Yo trascendente no se tienen contenidos que correspondan a un aprendizaje. Se trata, simplemente, de un tipo particular de experiencias que tú alcanzas si te ejercitas en determinadas técnicas. Así, el Yo trascendente escapa al concepto tradicional de estructura de la personalidad donde la experiencia tiene un papel muy importante en la generación de patrones de comportamiento que se aprenden con base en referentes externos.

Como es de esperarse, el Yo trascendente se encuentra apropiadamente desarrollado en aquellos individuos que practican periódicamente la meditación, el yoga, la oración y otras disciplinas afines. Es un aspecto de la personalidad que no todos los individuos cultivan, lo cual genera desequilibrio en la estructura cuadrangular de la personalidad. Un ejemplo pictórico de esto sería una mesa a la cual le falta una de sus patas, y que por tanto carece de equilibrio, desplomándose con facilidad.

La psicología tradicional ha descuidado el desarrollo del Yo trascendente, lo cual resulta inexplicable si se tiene en cuenta el papel que cumple lo trascendental-vivencial en el ser humano. Desechar este aspecto equivale a mutilar un eje vital de la experiencia humana, lo cual va en contra de la búsqueda del máximo bienestar psicológico. De hecho, los individuos que han logrado tener experiencias relacionadas con el desarrollo significativo del Yo trascendente, las definen como vivencias de máxima felicidad, plenitud y completa satisfacción.

Mentheoresis ofrece técnicas para lograr la óptima integración de los diferentes esquemas, que lleve al desarrollo armónico del Ser. Te invitamos a nuestras reuniones presenciales o virtuales.



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